La información en internet tiene que servir como una herramienta para la igualdad y la libertad: buscar trabajo, ejercer nuestra libertad de expresión, nuestra creatividad, nuestra autonomía, nuestra sexualidad, nuestra privacidad. Todo eso es acceso.
La tecnología es mucho más que un conocimiento técnico: es un espacio político. Desconectarse tiene implicaciones sociales y económicas para nosotras en esta sociedad de la información. Estar fuera del “mundo digital” es perder agencia para intervenir, conseguir trabajo, informarnos, comunicar, movernos y vivir.
A nivel mundial, en internet hay más hombres que mujeres, y además, las mujeres con menos recursos económicos tienen un 50% menos de probabilidad de estar conectadas a internet que los hombres. Para la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la brecha digital de género está empeorando. Las mujeres tienen la mitad de probabilidades que los hombres de hablar en línea, y un tercio menos probabilidades de usar internet para buscar trabajo.
En el 2016, el 51.5% de las mujeres tenían conexión a Internet comparado con los hombres, con una cifra de 48.5%. Sin embargo, las cifras no toman en cuenta el cómo viven estas mujeres y cómo utilizan Internet. Por esa razón, el informe declara que las TIC aún no están transformando la vida del sector femenino de la población. La posibilidad de conectarse a un Internet seguro, libre y de calidad que cumpla sus objetivos informativos, se desploma al 22%.
El acceso a la tecnología es mucho más que datos gratis en WhatsApp o poder entrar a Facebook
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo(ENOE), México cuenta con casi 976 mil personas formadas en las ciencias de la computación y las tecnologías de la información y la comunicación, de las cuales 68% son hombres y 32% son mujeres, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Del total de personas formadas en las TIC, pertenecen a la población económicamente activa (PEA) poco más de 760 mil personas (78%). De cada 100 de estas personas que desarrollan una actividad económica, 72 son hombres y 28 mujeres. Sin duda alguna, estas cifras revelan la brecha digital de género que persiste en el país.
Respecto al rol de las mujeres en el campo de la tecnología, en el nivel más alto del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) solo el 22% eran mujeres en el 2012. En promedio, 8% de las niñas eligen carreras en computación o ingeniería en contraposición al 27% de los niños.
Para Web Foundation, algunos de los obstáculos más comunes para lograr el acceso real y efectivo de las mujeres a la tecnología son:
“Las mujeres necesitan ser capacitadas y tener una alfabetización digital para que puedan entender el trasfondo, diversidad e historia de Internet. Entonces podrán exigir sus derechos porque si no hay conocimiento como tal, ¿qué van a exigir?”
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) proporciona información a las mujeres sobre los tipos de violencia de género que existen en espacios digitales, así como sobre los mecanismos de denuncia existentes. Adicional a los mecanismos de denuncia internos de las redes sociales, una de las opciones existentes es ir a la Policía Cibernética de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS). Sin embargo, tanto víctimas como diversas organizaciones de la sociedad civil han reportado que los mecanismos existentes para combatir la violencia de género en línea son totalmente ineficientes, ya que las autoridades responsables de resolver estos casos generalmente ignoran o minimizan las denuncias, responsabilizan a las víctimas y/o sugieren como solución cerrar las cuentas o los medios por los cuales las víctimas están siendo atacadas. Por otro lado, si bien existe tanto una legislación nacional como local en materia de “delitos cibernéticos”, no existe una legislación específica para proteger a las mujeres contra la violencia de género.
Seguridad en línea: No existen mecanismos legales o institucionales para que las mujeres denuncien eficazmente la violencia en línea.
Acceso a Internet y plataformas para mujeres: En muchas comunidades no existe infraestructura o tecnología para que una mujer tenga acceso libre a Internet; incluso hay reportes que revelan que las mujeres tienen que “pedir permiso” a hombre para tener acceso a Internet.
Asequibilidad: No es posible para una mujer solventar acceso a Internet en buena medida por la brecha salarial que predomina en México; los programas públicos también han sido ineficientes para crear una solución al problema.
Contenidos relevantes para mujeres: La aplastante mayoría de los contenidos que se generan en Internet son producidos por hombres, lo que deriva en una perspectiva de género limitada en línea.
Habilidades digitales y educación: Solo 33% de la escuela primarias en México tienen al menos una computadora con acceso a Internet; en caso de las secundarias, solo 48%. Mientras, el gobierno de México ha entregado casi 15 millones de tabletas y equipos, pero ni los maestros o estudiantes están capacitados para usarlas.
TIWEB 2021