Uno de los ejes filosóficos del Renacimiento italiano es el neoplatonismo. Junto con la tendencia racionalista y científica coexistieron las tradiciones esotéricas. El neoplatonismo no es sino una manifestación de la tradición hermética. Influyó enormemente en las producciones artísticas de la época.
El neoplatonismo es una corriente filosófica iniciada por Plotino en el siglo III, pero volvió a cobrar gran fuerza en el Renacimiento. La principal causa de este fenómeno fue la caída del Imperio bizantino, la parte oriental del Imperio romano que pervivió durante toda la Edad Media y el comienzo de la primera edad moderna, en manos de los turcos otomanos en 1453. Así, varios intelectuales bizantinos se exiliaron a la Europa occidental y trajeron los libros y conocimientos de la antigua Grecia y Roma. La escolástica medieval concedía mayor importancia al pensamiento aristotélico, dejando a Platón en un segundo plano. Pero con la llegada de los bizantinos, Platón se convirtió en el centro de interés entre los humanistas italianos de la época.
Uno de los filósofos bizantinos que contribuyó a la difusión de la metafísica de Platón fue Georgios Gemistos (ca. 1355-1453), llamado Plethon o Pletón. Cuando visitó la península itálica en calidad de miembro de la delegación bizantina del Concilio de Ferrara-Florencia, celebrado entre 1438 y 1439, Plethon fue invitado por humanistas florentinos para que les diera lecciones sobre las diferencias sobre Platón y Aristóteles. Incluso escribiría De differentiis Platonis et Aristotelis durante su estancia en Florencia. En aquel tiempo había muy poco corpus disponible sobre Platón en la Europa occidental. En efecto, durante una gran parte de la Edad Media, el Timeo en su traducción parcial de Calcidio (siglo IV) fue la única fuente disponible. El Menón y el Fedón fueron traducidos en el siglo XII por Enrico Aristippo (ca. 1105/1110-1162), pero estos textos fueron estudiados muy poco en la época. Leonardo Bruni (1369-1444) tradujo el Fedón, Apología, Cristo y Fedro, pero estas labores no fueron realizadas sino poco antes de la visita de Gemistos.
Para ello, los Medici jugarían un papel primordial. Esta familia de comerciantes y banqueros de Florencia adquirieron el poder político en el siglo XV; gobernaron el Gran Ducado de Toscana y además contribuyeron al florecimiento cultural.
Pontormo, J. (1520). Retrato de Cosme de Medici [pintura].Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jacopo_Pontormo_055.jpg
Cosme de Medici (1416-1469), fundador de la dinastía política familiar, mostró interés en las lecciones de Gemistos sobre Platón. Más tarde, Cosme construyó una villa en Carreggi, donde dejó vivir a Marsilio Ficino (1433-1499). De esta forma se conformó un círculo intelectual privado. Éste tuvo auge particularmente en la época de Lorenzo el Magnífico (1449-1492), nieto de Cosme el viejo. Lorenzo mismo formó parte de dicho ámbito intelectual. En torno a Ficino se reunieron el filósofo Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494), los poetas Ugolino di Vieri (1438-1516), Cristofaro Landino (1425-1498) y Angelo Poliziano (1454-1494).
Ferrucci, A. (s. f.). Busto de Marsilio Ficino [fotografía].Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Portrait_of_Marsilio_Ficino_at_the_Duomo_Firence_2.jpg
Las labores de Ficino como traductor y escritor son diversas y heterogéneas. Además de traducir al latín las obras de Platón y escribir Commentarium in convivium platonis (1469), Theologia platonica (1474), De Amore (1475) y comentario a El Banquete de Platón, se dedicó a traducir las fuentes herméticas e investigar la astrología. De esta forma fue integrando los saberes esotéricos y místicos en la filosofía neoplatónica.
Dell’Altissimo, C. (s. f.). Pico della Mirandola [pintura].Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pico1.jpg
Esta tradición fue heredada por su discípulo Giovanni Pico della Mirandola, que culminaría el conocimiento de la cábala.
Imagen: Pico della Mirandola, retrato por autor desconocido en Galeria Uffizi, Florencia. Tomado de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pico1.jpg
Ghirlandaio, D. (1490). Ángel aparecido a Zacarías (detalle) [pintura].Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cristoforo_Landino_-_Angel_Appearing_to_Zacharias_(detail).jpg
Cristofaro Landino pudo dedicarse a los studia humanitatis y ocupar el cargo de profesor de la Universidad de Florencia como sucesor del aristotelista Carlo Marsuppini (1399-1453), gracias al apoyo de Cosme el viejo. Landino escribió un comentario de La Divina Comedia desde el punto de vista neoplatónico. La edición con su comentario salió publicada en 1481 en Florencia. El número de tiraje fueron 1200 ejemplares e incluían ilustraciones realizadas por Botticelli. Esta obra contribuiría a la difusión del neoplatonismo entre los intelectuales y artistas .1
1 T. Kiyose. (1987). La teoría letteraria del platonismo florentino I. Studi Italici, 37, 144-146.
Botticelli, S. (1480-195). Purgatorio 31 [ilustración]. Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sandro_Botticelli_-_Drawings_for_Dante%C2%B4s_Divine_Comedy_(Purgatorio_31)_-_Google_Art_Project.jpg
Botticelli, S. (s. f.). Lucifer Inferno XXXIV [ilustración]. Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Botticelli%27s_Lucifer_Inferno_XXXIV.png
Los Medici, además de proteger a los intelectuales y literatos, fueron mecenas de artistas como Botticelli, Leonardo, Miguel Ángel, Vasari, Bronzino y Allori. Varias pinturas de Botticelli y Leonardo, así como las esculturas de Miguel Ángel, fueron creadas bajo la influencia del neoplatonismo. La tendencia hermética vinculada con esta corriente filosófica no fue oposición ni negación del aspecto racional y científico del arte, sino que la numerología y las formas geométricas sagradas fueron asociadas con la sabiduría simbólico-hermética. Además, el neoplatonismo del Renacimiento se caracterizó por fusionar las teorías filosóficas antiguas con el pensamiento cristiano, como representa la Theologia platonica de Ficino.
Más tarde, el pensamiento neoplatónico fue desarrollado e integrado en la teoría del arte por Federico Zuccari (1539-1609) y Giovanni Paolo Lomazzo (1538-1600). A saber, aquél, empleando el concepto platónico de “idea”, hizo distinción entre disegno interno (idea) y disegno esterno (forma), en su texto L’idea de’pittori, escultori e architetti (1607); mientras que Lomazzo, en su Idea del tempio della pittura (1590), desarrolló la teoría estética con base en la explicación que Ficino dio acerca de El Banquete de Platón.
¿Quién es Marsilio Ficino? Para que conozcas mejor la personalidad de la figura medular del neoplatonismo, observa el siguiente video:
Actualmente pensamos como algo natural “mejorar algo con el esfuerzo” o “desarrollar talentos”, pero en el Renacimiento se consideraba que las facultades o dones descendían de Dios, tal como afirma Marsilio Ficino en su Commentarium in Convivium Platonis, De amore (Comentario al Banquete de Platón, sobre el amor), escrito en 1469:
Las ideas de todas las cosas están en la mente divina; y a éstas sirven los dioses mundanos y a los dones de los dioses sirven los demonios. Porque desde el sumo grado hasta el íntimo de la naturaleza, todas las cosas pasan por los medios debidos; de tal modo que aquellas ideas, que son concebidas de la mente divina, transmiten a los hombres sus dones, por medio de los dioses y de los demonios2.
Ficino afirmaba que de esos dones los principales eran siete:
Dios en primer término contiene en sí la fuerza de estos dones; después la concede a los siete dioses que mueven los siete planetas, a los que nosotros llamamos siete ángeles, que giran en torno al trono de Dios; de modo que cada uno de ellos recibe más de un don que de otro según la particularidad de su naturaleza. Y esos dioses distribuyen los dones a las órdenes de los demonios a ellos sometidos según la misma proporción3.
Los dones están asociados con los dioses, los planetas y los ángeles. En especial, la vinculación con los planetas es una característica propia del pensamiento renacentista.
Saturno fortifica el don de la contemplación por medio de los demonios saturninos. Júpiter favorece la potencia del gobierno y del imperio, con el ministerio de sus demonios joviales, y similarmente Marte por medio de los marciales, favorece la grandeza del ánimo. El sol con la ayuda de los demonios solares agudiza la claridad de los sentidos y de las opiniones, de donde deriva la adivinación; Venus por acción los venéreos, incita al Amor. Mercurio con los mercuriales despierta a la interpretación y la oratoria. Y por último la luna, mediante sus demonios lunares, aumenta la actividad de la generación. Y si bien a todos los hombres conceden facultades relativas a esas cosas, sin embargo confieren más a ellas especialmente a aquellos sobre los que tienen más demonio por la disposición del cielo en el momento de su concepción y nacimiento4.
Lo importante aquí es la afirmación de que cualquier hombre nace con las facultades.
“Todas estas cosas, si bien en verdad, por venir de una disposición divina, son honestas, sin embargo en ocasiones pueden parecer deshonestas, cuando no las usamos rectamente. Esto resulta manifiesto en el uso del gobierno, animosidad, amor y generación ”5.
Esta referencia se podría considerar como un consejo para los hombres que ejercen el poder.
2M. Ficino. (1994). Sobre el amor. Comentarios al Banquete de Platón. (M. Lamberti y J. L. Bernal, trad.). México: UNAM, p. 107. Consultado de http://esteticayfilosofiadelarte.es/Estetica/Obras/Estetica/Ficino_Sobre_el_amor.pdf
3L. Saif. (2015). The arabic influences on early modern occult philosophy. London: Palgrave Macmillan, p. 189.
4Ibíd., p. 108.
5Ídem.
Ficino, en su Commentarium in Convivium Platonis, eliminando los sentidos del gusto, el tacto y el olfato del templo de la Belleza y del Amor, les concede los mismos honores a los sentidos de la vista y del oído, elevándolos incluso hasta el nivel del Espíritu:
Hay tres clases de belleza, la de las almas, la de los cuerpos y la de los sonidos; la de las almas la percibe el espíritu, la de los cuerpos la captan los ojos, y la de los sonidos, los oídos; el amor se satisface siempre con el espíritu, los ojos y los oídos6.
Esta discusión se prolongaría a lo largo de todo el Renacimiento. La mayoría se inclinaría a favor de la vista.
Asimismo, Ficino asocia la vista con el Sol, la luz de la mente o “luz del alma”, la belleza y la sabiduría, tal como expone en el discurso VI, capítulo XIII, “De qué modo en el alma se encuentra la luz de la verdad”, del mismo texto:
Platón, en el sexto libro de la República, aclaró su sentencia diciendo que la luz de la mente, cuando entiende todas las cosas, es el mismo Dios que crea todas las cosas. Y compara el sol a Dios de este modo: que la misma situación que tiene el sol ante los ojos, la tiene, para las mentes, Dios. El sol engendra los ojos, y les da la virtud de ver, virtud que sería vana y se encontraría por siempre en sempiternas tinieblas, si no se presentase a ella la luz del sol, pintado de colores y figuras de todos los cuerpos. En esa luz el ojo ve los colores y las figuras de los cuerpos. Y en verdad no ve otra cosa que la luz aunque parezca que ve varias cosas; porque la luz que en él se infunde está ornada de varias formas de cuerpos. El ojo ve esta luz, en cuanto se refleja en los cuerpos; pero en su fuente no la puede comprender. Similarmente Dios crea el alma, y le da la mente, que es virtud de entender; y ésta estaría vacía y tenebrosa, si no le estuviera presente la luz de Dios, en la cual ve las razones de todas las cosas. De manera que entiende por la luz de Dios; y sólo esta luz entiende, aunque parezca que conoce diferentes cosas, porque tal luz la entiende bajo diversas ideas y razones de cosas7.
La importancia que Ficino concede a la razón acerca de las percepciones captadas a través de los sentidos, se fundamenta en la teoría de Lucrecio. En su libro De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas), redescubierto por Poggio Bracciolini en 1417 , dicho poeta y filósofo romano señala que nosotros podamos ver las cosas mediante el razonamiento de la mente9.
6M. Ficino, Comm. in Convivium Platonis, I, 4, citado por Panofsky. (2003). Tiziano. Problemas de iconografía. Madrid: Akal, p. 124.
7M. Ficino, Sobre el amor, pp. 138-139.
8A. Brown. (2010). The return of Lucretius to Renaissance Florence. Cambridge/London: Harvard University Press.
9L. Strauss. (2007). Liberalismo antiguo y moderno. (L. Livchits, trad.). Buenos Aires: Katz, pp. 172-173.
Ficino, además de ser filósofo, teólogo, astrólogo y físico, era músico. Estudió los himnos órficos10 y los ejecutaba con la lira. Era seguidor y difusor de la música de esferas o “música celeste”, por lo que sus composiciones musicales estuvieron regidas por los principios astrales11; es decir, “A Pitágoras se le atribuye el descubrimiento de las proporciones de los principales intervalos de la escala musical. Para sus seguidores, las distancias entre los planetas –las esferas– tenían las mismas proporciones que existían entre los sonidos de la escala musical. Las esferas más cercanas daban tonos graves, mientras que las más alejadas daban tonos agudos. Todos estos sonidos se combinaban en una hermosa armonía: la música de las esferas 12”.
Ficino empleaba el término música en el sentido antiguo, el de armonía que penetra el universo, aunque la “armonía” entendida por los humanistas del Renacimiento se refería a la concordancia de la polifonía, a diferencia de la monofonía de la música antigua. En su opinión, la música es la más importante de todas las artes, ya que es la que inspira las obras de todos los creadores: oradores, poetas, escultores y arquitectos13. En su pensamiento…
[…] la música no sólo procura al alma el recuerdo de la armonía inteligible de los cielos o de la música divina que se encuentra en la mente eterna de Dios, sino que es también el instrumento privilegiado de las influencias celestes. La eficacia de la música para atraer la vis planetaria es una consecuencia lógica de la construcción armónica del universo y del alma14.
Asimismo, Ficino, en De vita triplici, apunta los valores terapéuticos de la música, ya que ésta permite equilibrar los diferentes temperamentos del hombre según el predominio de los elementos: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Además, asocia la música con la cosmología: “[…] la música grave pertenece a Júpiter y al Sol, la ligera a Venus y la intermedia a Mercurio y éstas tendrán sus equivalencias al despertar determinados estados de ánimo15”.
Cabe mencionar que los Medici mandaron a componer las letras y músicas para las bodas. Así, contribuyeron al desarrollo de la música secular fuera del ámbito religioso. Ejemplos de esta música son La fábula de Orfeo, obra teatral compuesta por Angelo Poliziano, así como los sonetti de Lorenzo de Medici, los cuales se consideran como antecedentes de las óperas.
10Los himnos órficos aluden a una serie de obras asimiladas a Orfeo. Se asocian también a los cultos báquicos u órficos. Los himnos se compusieron en la época imperial y pertenecían a una comunidad religiosa que los utilizaba para sus ritos. (Al respecto, véase M. C. Morales, et ál. (1997). Textos para la iconografía clásica I. Oviedo: Universidad de Oviedo, p. 133.)
11M. Ficino, Sobre el amor, p. 108.
12I. Calle. (s. f.). Fundamentos histórico-artísticos de la música como medio terapéutico en Europa: desde la Edad Media hasta el Prerromanticismo (tesis doctoral). Universitat de València, Facultat de Filosofía i Ciències de l´educació, Departament de Filosofia, p. 258.
13W. Tatarkiewicz. (2004). Historia de la estética III: la estética moderna, 1400-1700. Madrid: Akal, p. 129.
14M. J. Vega. (1999). La teoría musical humanista y la poética del Renacimiento. En J. Guijarro (Ed.). Humanismo y literatura en tiempos de Juan del Encina. Salamanca: Universidad de Salamanca, p. 222.
15M. Polo. (2008). La estética de la música. Barcelona: UOC, p. 47.
Sobre el amor. Comentarios al Banquete de Platón, de Ficino, es un texto fundamental para comprender la idea filosófica del amor, así como la cosmología y estética neoplatónica. Sus teorías sirven para interpretar el simbolismo de las obras artísticas del Renacimiento.
Ingresa a la siguiente liga y del libro Sobre el amor. Comentarios al Banquete de Platón, lee los capítulos que se te indican a continuación:
Posteriormente responde a las preguntas.
En esta uapa, aprendiste sobre la teoría neoplatónica a través del pensamiento de Ficino, cuya visión dan la pauta para comprender el simbolismo de las obras artísticas del Renacimiento.
Fuentes de información
Brown, A. (2010). The return of Lucretius to Renaissance Florence. Cambridge/London: Harvard University Press.
Calle, I. (s. a.). Fundamentos histórico-artísticos de la música como medio terapéutico en Europa: desde la Edad Media hasta el Prerromanticismo (tesis doctoral). Universitat de València, Facultat de Filosofía i Ciències de l´educació, Departament de Filosofia.
Ficino, M. (1994). Sobre el amor. Comentarios al Banquete de Platón. (M. Lamberti y J. L. Bernal, trad.). México: UNAM. Consultado de http://www.derechopenalenlared.com/libros/Ficino-Sobre-el-amor.pdf
Kiyose, T. (1987). La teoría letteraria del platonismo florentino I. Studi Italici, 37, 144-146.
Morales, M. C., et ál. (1997). Textos para la iconografía clásica I. Oviedo: Universidad de Oviedo.
Polo, M. (2008). La estética de la música. Barcelona: UOC.
Saif, L. (s. f.). The arabic influences on early modern occult philosophy. London: Palgrave.
Strauss, L. (2007). Liberalismo antiguo y moderno. (L. Livchits, trad.). Buenos Aires: Katz.
Tatarkiewicz, W. (2004). Historia de la estética III: la estética moderna, 1400-1700. Madrid: Akal.
Vega, M. J. (1999). La teoría musical humanista y la poética del Renacimiento. En J. Guijarro (Ed.). Humanismo y literatura en tiempos de Juan del Encina. Salamanca: Universidad de Salamanca.
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